La música en inglés triunfa en España, pero, ¿y la música española? Veremos que, a veces, también alcanza el éxito fuera (en ocasiones, muy discutible).

La música nacional de cada país tiene un mercado generalmente restringido a los territorios incluidos dentro de las fronteras del mismo, salvo cuando hablamos de la música anglosajona, que sí tiene una difusión mucho más internacional y universalizada. No hace falta ni mencionar que la balanza comercial entre lo que importamos y lo que exportamos musicalmente está enormemente desequilibrada. No obstante, la música española consigue de vez en cuando introducir algunos nombres en mercados extranjeros, más allá del mercado iberoamericano. Ya hablamos de algún caso en nuestro artículo de la semana pasada. Veamos otros:
Sí, dan ganas de pasar de puntillas por esto, pero un artículo como éste no puede obviar un fenómeno como el que supuso presenciar hasta a Bill Clinton a bailar la puta dichosa Macarena. No puedo sino pedir disculpas.
No es que podamos estar mucho más orgullosos de este otro gran éxito mundial salido de nuestro país como el Aserejé (hasta el punto de contar con versión japo). Otras que decidieron dar la brasa durante interminables meses, y encima con bailecito. ¿Existe cosa más enojosa que ver un bar/discoteca lleno de gente haciendo al unísono un bailecito? Que no estamos en una película americana de instituto, por favor… En fin, disculpas reloaded.
Esto de las canciones tontuelas, intrascendentes y con puto dichoso bailecito no es algo que naciera en la década de los 90. Por el contrario, muchos años antes, María Jesús se enfundó su acordeón y nos «deleitó» con su famosa canción de Los Pajaritos (disculpas revolutions). Lo curioso del asunto es que, incluso a estas alturas, todavía podemos encontrarnos con esta canción sonando en programas tan exitosos como The Big Bang Theory:
Acercándonos de nuevo en el tiempo, y pasando a cosas más presentables:
Resulta que los Héroes del Silencio lo petaron cosa mala en tierras alemanas con su gran éxito Entre Dos Tierras, hasta el punto de que aún hoy, si tienes suerte, te la puedes encontrar en una noche de fiesta teutona. Veámoslos tocando la canción en un concierto rándom:
Y si los deportistas españoles acostumbran a conquistar numerosos triunfos en tierras francesas, la banda vallecana Ska-p también goza de un considerable éxito al norte de nuestras fronteras. Ver a un montón de franceses volverse locos con los acordes de Cannabis en una fiesta en Inglaterra (cuando estuve viviendo en el Reino Unido) no tiene precio. Oírles cantarlo, menos aún. Pero bueno, aquí les tenemos dando botes en millares:
Y de Francia volamos hasta Italia, donde el grupo Jarabe de Palo goza de un notable éxito. No deja de ser curioso eso de verles en plan Eros Ramazzotti o Laura Pausini, pero a la inversa:
Desconocemos si en italiano el efecto de sus canciones es el mismo que en castellano.
Y a continuación nos trasladamos al mundo de la música electrónica. Y es que hubo un tema que vendió discos como rosquillas en todo el mundo, pese a que probablemente no le resulte excesivamente conocido al gran público no aficionado a las pistas de baile. Kadoc, con su Night Train. Aquí vemos su actuación en un programa con tantísima solera como el Top of the Pops británico:
Concluimos con otro tema que no tuvo mayor trascendencia fuera de España (y casi diría que dentro de ella) fue Streamline, de Newton. Lo curioso del asunto es que, más de una década después de su publicación, Pepsi decidió utilizarla para un anuncio, convirtiéndose en mucho más popular en EE.UU. de lo que jamás fue en España:
Deja una respuesta