Regreso al Futuro, esa trilogía que todos hemos visto decenas de veces sin que probablemente nos hayamos parado a reflexionar sobre lo antigua que es ya.
En ediciones anteriores de «Cosas que nos hacen sentir viejos», hablamos de televisión y de deporte. Hoy cogemos las palomitas y nos metemos en el cine para recordar un clásico de la infancia de toda una generación: Regreso al Futuro.
En Regreso al Futuro, tenemos a Michael J. Fox, actor que durante mucho tiempo arrastró la fama de eterno adolescente. El director del instituto de Hill Valley solía abroncar al pobre Marty McFly tildándole de vago. No debía de ir demasiado desencaminado cuando la criatura, nacida en 1961, ya contaba con 24 añazos en ese 1985 en el que transcurría la acción.
Como recordaréis, el Dr Emmet Brown, amigo de McFly, construía una máquina del tiempo en un Delorean propulsado por su condensador de fluzo. En la primera parte, Marty viajaba 30 años hacia atrás en el tiempo, jugando con el contraste entre un moderno jovenzuelo y una sociedad que quedaba muy lejana en el tiempo, así como culturalmente y en costumbres. Pues bien:
Para quien no esté muy versado en la lengua de Chéspir, se nos hace caer en la cuenta de que, si Regreso al Futuro se rodase hoy, el bueno de Marty viajaría hasta la remota fecha de 1983. Muchos pensarán instintivamente que 1983 es un tiempo bastante más cercano y contemporáneo que remoto. Pero la realidad es que es casi tan remoto o tan próximo como lo era 1955 cuando se filmó la cinta, y desde luego, probablemente por estar acostumbrados a ver la película desde niños, no podemos evitar haber percibido siempre dicho año como algo parecido a lo que se podría denominar como «el de la polka». Habrá que asumir que, incluso para ya adolescentes, esa época tan relativamente cercana como 1983 les resulta tan inconcebiblemente lejana como lo que siempre nos pareció a nosotros ese primer viaje en el tiempo de Marty McFly.
A continuación vino Regreso al Futuro II. En esta ocasión, el viaje era hasta un futuro que siempre nos parecía muy lejano. Mucho. Tanto como para visualizarlo con lo que fueron algunas de las escenas más famosas de la saga:
Pues sí. Ahora mismo, de acuerdo a como se nos imaginaba en 1985, tendríamos que estar circulando en coches y monopatines voladores. No sólo eso sino que la película entera se halla plagada de situaciones futuristas que, en realidad, se corresponden bastante fielmente con las que podríamos tener ahora mismo.
Más allá de las sonrisas provocadas por los mencionados anacronismos, hay otro hecho que es muy duro. Recordemos que Marty se encontraba consigo mismo en ese lejanísimo futuro. Veamos:
En efecto: Fox es ya mayor de lo que era Marty McFly en esa era de monopatines y coches voladores. De hecho, el actor va a cumplir los 52 años dentro de un mes, con lo que en realidad es un lustro mayor de lo que su personaje sería dentro de dos años.
Y esto nos lleva a otro dato escalofriante, con el que concluimos esta entrada: Michael J. Fox tiene actualmente la misma edad que tenía Christopher Lloyd (actor que encarnaba a Doc)… ¡cuando se rodó Regreso al Futuro III!
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